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He decidido tomarme en serio el Myspace, me he dado cuenta que tengo ya suficiente música grabada como para empezar a darla a conocer. Desde este momento, en la lista de Cigarras, donde pone Abencerraje en Myspace, el enlace da al nuevo perfil, en el que aparece esto:

Javier Cabrera Roldán (Sabadell, 1978) Empezó con 11 años en la rondalla de su colegio, siendo pionero junto con sus compañeros del coro en una lectura dodecafónica y free jazz de géneros como las sevillanas y las canciones de estudiantina. Posteriormente, los Reyes, Baltasar en concreto, le trajeron su primera guitarra eléctrica made in Japán, con la que entró en el Templo del Rock a través del grupo de TEEN PUNK saidinero Septiembre Negro. Harto de tanto chillío, nuestro hombre se volvió a concentrar en la guitarra española y empezó a aprender flamenco con el Maestro Alberto Fernández. Tras darse cuenta de que, por mucho que se empeñara, era demasiado payo y le gustaba demasiado la sobriedad como para ser flamenco, Javier siguió colaborando con los antiguos miembros de Septiembre Negro, llamados ahora ADS, llegando a integrarse en el grupo entre 2003 y 2004, temporada en la que realizaron un intenso trabajo de local y cero bolos.
Entre medias, empezó Javier a trabajar en la música para teatro en 2000, realizando los arreglos para la música del montaje Los Siete Pecados Capitales, del grupo universitario Teatrófilos. Llegamos a representar la obra ante los internos de la Prisión de Albolote, y luego, increíblemente, nos dejaron salir. La temporada siguiente Teatrófilos estrenó la obra Crónicas Marcianas, basada en la novela de Ray Bradbury, en la que Javier Cabrera aportó dos composiciones propias de las que, afortunadamente, no queda registro sonoro.
En 2002 Cabrera entra en sociedad con el actor chileno-argentino Javier Gaviola, con el que realiza el espectáculo Neruda, Poesía y Vino Tinto, que incluye arreglos de temas de autores argentinos y chilenos y algunas composiciones propias a guitarra. Es a través de Gaviola y la compañía Teatrola como Cabrera entra en la animación y el teatro de calle, aunque en un principio como cuerpo de baile o como equipo de seguridad, teniendo que lidiar con las hordas de impúberes que atacaban las carrozas de la cabalgata de Reyes de Los Ogíjares.
Entre 2004 y 2007 nuestro hombre estuvo fuera del circuito, concentrándose en seguir aprendiendo a tocar la guitarra. En esta época conoce a los integrantes de los grupos Sefronia y Alondra Satori, con los que mantiene un continuo y fructífero intercambio de ideas desde entonces. En mayo de 2007 Cabrera empieza a colaborar en las sesiones de improvisación de Alondra Satori, concretamente en la que tuvo lugar en la ermita alpujarreña del Padre Eterno. Es ahí también cuando Cabrera empieza a interesarse por la percusión; se tiró toda esa noche tocando un tambor de pita enorme que tenía una raja en su base, raja que aprovechaba para hacer unos extraños sonidos parecidos a los de una caja con los bordones muy tensos. Menos de un año después estaba trabajando con la empresa Al Andalus Medieval tocando la darbuka en algo parecido a mercados medievales, actividad que siguió realizando en los meses siguientes, y con mejor rendimiento económico, con el grupo EPA Teatro.
Actualmente Javier Cabrera sigue colaborando en las improvisaciones de Alondra Satori y A.L. Guillén, sigue estudiando y maltratando sus dedos con escalas y acordes torturantes, y está abierto y buscando proyectos que aúnen composición e improvisación en una visión abierta del hecho musical.